QUÉ ES

Una B Corporation Peruana

LIMA TRIUMPHANTE es una persona jurídica de derecho privado, constituida como asociación civil sin fines de lucro, de carácter cultural, ajena a propósitos confesionales y políticos. Fue constituida con fecha 12 de junio de 2005, iniciando sus actividades con fecha 20 de febrero de 2006, en la cual la escritura pública de su constitución fue inscrita en los registros públicos, SUNARP zona registral de Lima, con en la partida N° 11850252. (Estatuto Artículo 1°)

Dos Agrupaciones Musicales
LIMA TRIUMPHANTE es además la denominación de dos agrupaciones musicales profesionales residentes en la capital del Perú:
Coro de Cámara LIMA TRIUMPHANTE, fundado en 2002
Orquesta LIMA TRIUMPHANTE, fundada en 2013
El director artístico-musical de estas agrupaciones es el maestro José Quezada Macchiavello.

Historia de la Denominación
La denominación LIMA TRIUMPHANTE proviene del libro del mismo nombre de Pedro Peralta y Barnuevo (Lima 1663-1743), editado en Lima en 1708, que da cuenta del desarrollo cultural y artístico que en un sentido universal había adquirido la capital del Virreinato del Perú a fines del siglo XVII y principios del siglo XVIII. Siguiendo esa perspectiva universal de la “Lima Barroca”, LIMA TRIUMPHANTE, como asociación civil, se orienta a revalorar el patrimonio cultural producido en esta ciudad a lo largo de su historia y a promover el desarrollo humano, cultural y urbano, abierto al mundo y con valores universales.  (Estatuto Artículo 2°)

Concejo Directivo (2014-2018)

Presidente: Julio César De la Rocha Corzo
Vice Presidente: Jacqueline Chappuis Cardich
Director General: José Quezada Macchiavello
Director Administrativo: Eduardo Monzón Pacheco
Directores:
Pilar Cascón López: Secretaria- Directora de Estudios
Lola Márquez: Directora de Promoción Humana (Música para Transformar Vidas)
José Gálvez Krüger: Director de Investigación
Patricia Delgado de Morales: Directora de Promoción
Miguel Flores Espinoza: Director de Comunicación e Imagen


Fundamento

LIMA TRIUMPHANTE basa su accionar en un concepto que parte de la visión de Lima como una metrópoli con un alto desarrollo de la economía de la cultura y la creatividad; como una ciudad sostenible y sustentable, en términos ambientales y educativos, capaz de crear colectivamente una imagen de sí misma, basada en la valoración de su patrimonio y de sus tradiciones más valiosas, en el reconocimiento de su diversidad cultural, apuntando a la posibilidad de una unidad desde una apertura a lo universal. (Estatuto Artículo 7°)
Misión
La misión de LIMA TRIUMPHANTE es la recuperación, promoción y difusión a escala mundial de la memoria y el patrimonio cultural de Lima, en particular de su Centro Histórico; asimismo contribuir con la promoción de la persona humana como sujeto y objeto del desarrollo cultural, con la democratización del acceso a las expresiones más válidas de la cultura universal; con la formación ciudadana, la construcción social y definición de la imagen de la ciudad, en dirección hacia el bien común. (Estatuto Artículo 8°)

Visión
LIMA TRIUMPHANTE tiene como visión ser un referente y ejercer un liderazgo en el ámbito privado, en el proceso del renacimiento y desarrollo cultural y urbano del Centro Histórico de Lima; en la revaloración del patrimonio cultural de la ciudad; en la construcción social, en la formación humana, en la promoción de la economía de la cultura y la creatividad, y en la difusión a escala nacional y mundial de la riqueza histórica, artística y musical de Lima y el Perú, como la de su cultura viva en general. (Estatuto Artículo 9°)


LIMA TRIUMPHANTE en el Siglo XVIII

A partir de los últimos lustros del siglo XVII y, más aún, al advenimiento de los Borbones en 1700, se acentúa un cosmopolitismo en Lima que dio mayor esplendor a la gran ciudad capital del virreinato, que era entonces una de las mayores del imperio español y, sin duda, la principal ciudad de América.
En 1708, el polígrafo virreinal Pedro Peralta y Barnuevo publicó su “Lima Triumphante”, libro que da un testimonio del cosmopolitismo que se vivía en la capital del virreinato del Perú a inicios del siglo XVIII. Tomando en cierta forma la música como ejemplo, reseña Peralta que el Virrey Marques Castell dos Ríus, tenía una orquesta que funcionaba a sus expensas “compuesta de nueve plazas de los mas singulares Músicos, con el insigne que les sirve de Maestro, u de los mas diestros Instrumentistas q’ puedan hallarse entre los que componen la familia de Airón: donde se admira executado en el Divino obsequio, con la mejor Música Eclesiástica, quanto han producido de raro en Villancicos, y tonadas los Durones y los Torrejones Españoles, y en Motetes, y Sonatas los Gracianes, y los Corelis Italianos” (Peralta 1708, fol. 50).
“Lima Triumphante” era un mito, un relato de lo que podría haber ocurrido o debiera ocurrir, distinto a la realidad de la ciudad capital del virreinato.  Fue una transposición del concepto “Roma Triunphans” de Flavio Biondo (1392-1463), que representó la invención de Roma como la ciudad del Renacimiento. Pero, ¿fueron acaso los virreyes designados por los Borbones frente al gran virreinato del Perú, capaces de concebir y construir una Lima Triunphans? Definitivamente, una diversidad de factores sociales y culturales no contribuyeron con que esa posibilidad se plasmara; tampoco por cierto los terremotos que trajeron a la Ciudad de los Reyes por tierra al menos en dos ocasiones en forma tremenda. La posibilidad, sin embargo, era reconocida al menos cuarenta años antes del terremoto.
No obstante el remarcable esfuerzo del Conde de Superunda a mediados del siglo XVIII, después del pavoroso terremoto de 1746, la Lima Triumphante empieza a declinar. En pocas décadas, la decadencia del imperio español, la frustración de la síntesis barroca en el universo andino y los conflictos entre las castas que se vivían agudamente en Lima, dieron inicio hacia la mitad del siglo XVIII a un proceso de decadencia de la urbe. En los años de la emancipación, el esplendor  de la Lima Triumphante se había eclipsado y su imagen para los limenses y los foráneos que la visitaban, no era ya la de una espléndida ciudad cosmopolita.
El mito expresa ciertas verdades y no es simplemente una falsificación. Los factores que validaron el mito limano fueron el cosmopolitismo limano; la personalidad de la ciudad sostenida por su fuerza como centro económico y del poder político; su arquitectura ostentosa, aunque de dimensiones menores a las de los referentes europeos, y la  síntesis cultural que se producía en el escenario urbano.    


El Concepto “LIMA TRIUMPHANTE Siglo XXI”

En 2002 José Quezada Macchiavello fundó LIMA TRIUMPHANTE, Coro y Ensamble Instrumental. La propuesta de esta agrupación sería alternar en programas de conciertos “de igual a igual” la música de los compositores del Perú barroco, con las obras de la música barroca y clásica universal, yendo decididamente en el sentido de lo que Peralta reseñaba en el siglo XVIII. Y más allá, se trataría de ampliar los horizontes temporales y de promover un diálogo musical entre el pasado y la post modernidad. En el trasfondo del proyecto musical está un concepto que toma como antecedente el esplendor cosmopolita limeño de principios del siglo XVIII. El Perú, además, sigue siendo barroco en su eclecticismo y en su diversidad. Y Lima, con algunos de sus imponentes edificios barrocos aún en pie, es hoy la ciudad donde todo se fusiona, con tensiones aún no resueltas en el ámbito estético y en el sociológico, pero con una riqueza cultural notable por su diversidad. 


Los factores culturales que, en el marco del proceso de crecimiento económico realmente importante que Lima vive, podrían impulsar su renacimiento, o mejor dicho su construcción como una ciudad con sentido, son la apertura a lo universal, el reconocimiento y la asimilación de la herencia cultural que ha recibido a lo largo de su historia y la superación de concepciones ideológicas, como el mito de la Arcadia Colonial,  y de la “falsificación criollista”, a la que alude Sebastián Salazar Bondy en su “Lima la horrible”. Han caído  los mitos de “Reina de los Mares del Sur”, la “Ciudad Jardín”, la “Perla del Pacífico”. El “limeño de pura cepa” o “limeño mazamorrero” no existe. Estas imágenes que responden más a las ideologías que a la verdad, son distintas al mito “Lima Triumphante” de Peralta, cuya validez es aún susceptible de ser rescatada en lo esencial. El nuevo habitante de Lima, que debe llegar a ser un verdadero ciudadano tanto de la ciudad como del mundo, es quien puede darle  vida a un renacimiento real y sostenible a un verdadero triunfo de la ciudad.

En contraste con problemas urbanos y sociales, ciertamente semejantes a los de muchas grandes ciudades, acentuados por carencias educativas, por exclusiones, e inclusive por un velado racismo, el diálogo musical y estético, los cruces culturales, en el marco de una apertura a lo universal, de una valoración de la interculturalidad, deben contribuir al proyecto de convertir a Lima en la ciudad mayor del Pacífico Sur en términos culturales, al cabo de 200 años de la independencia y a pocos lustros de cumplir 500 años de fundada.


La ciudad es el resultado de un diálogo y un proyecto hacia el bien común. El éxito del diálogo es el triunfo de la ciudad como “polis”, como comunidad que permite a los ciudadanos vivir bien. Por otro lado, para el turista, la ciudad como imagen es necesariamente algo sintético y de simple percepción; pero la construcción de esa imagen es fundamental para quienes viven permanentemente en la ciudad y se refuerza con la proyección mundial del valor. Construir un valor positivo común es una tarea cultural que va más allá de la belleza y el atractivo físico y que tiene que ver especialmente con la fuerza de la memoria, con el patrimonio como escenario de una cultura viva rica y peculiar. Esa cultura hoy es universal y original: un signo de modernidad.

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